El viernes 11 de septiembre, los italianos Lacuna Coil echaron la casa por la pantalla. Era de noche en Milán mientras en México el reloj marcaba apenas las 2 de la tarde.
No importó la posición de las manecillas del reloj, era hora de encontrarse, la hora pactada entre estos veteranos del metal y sus seguidores alrededor del mundo, apostados desde casa en diferentes latitudes.
Cristina Scabbia dio la bienvenida al Live From the Apocalypse, un show virtual que llevó a sus asistentes por un recorrido completo a lo largo del álbum Black Anima, su última producción, editada en 2019.
Con una capa oscura y una capucha que le cubría el rostro, Scabbia no tardó en demostrar la fuerza que le caracteriza, el manejo histriónico que le da a su cuerpo, sirvió de vehículo para que esa voz, su voz, a pesar de las limitaciones del streaming, erizara al espectador más remoto.
“Anima Nera”, pieza con la que abren su álbum, fue la encargada de abrir también el concierto vía internet. La magia de su última producción resulta de la atinada combinación entre las guturales de Andrea Ferro y los estrepitosos riffs, fórmula que se perfecciona con la precisión y constancia del bajo, las letras sobre redención, libertad y fortaleza, misma fortaleza con la que Cristina interpreta, sin dejar de lado, la dulzura que es capaz de imprimir con sus agudos.
Y es esa misma magia la que estos experimentados italianos decidieron entregar a sus fans, quienes a través de la plataforma digital A-Live podían compartir selfies, mensajes y hasta ovaciones digitales.

Sword of Anger, Reckless, Black Feathers, Veneficium, Black Dried Up Heart y Layers of Time, fueron algunas de las canciones que conformaron el setlist.
Diego Cavallotti en la guitarra, Richard Meiz en la batería, y el gran “Maki” en el bajo, mantuvieron a lo largo de la casi hora y media del show su impecable maquillaje en blanco y negro, mientras Andrea Ferro y Cristina Scabbia dominaron la pantalla con esa simbiosis auditiva y visual que han perfeccionado con el paso de los años.
“No saben cuánta falta nos hacen”, dijo Andrea Ferro a los fans en el descanso que fue también transmitido desde una sala-camerino del Alcatraz MIlano. “No saben cuánta falta nos hacen, especialmente esta noche”, repitió.
El suspiro final llegó con “Save Me” en una versión única, Cristina Scabbia arropada con un espléndido vestido de tul negro y acompañada por Silvia Zanaboni en un piano de cola. Dos mujeres solas en el escenario, la voz y el piano guiando una melodía que con una suavidad arrebatadora nos susurraba versos como “¿Seré capaz de enfrentar todo este desastre? Somos sólo humanos caminando a través de este infierno”.
Así, las luces se encendieron, la banda se colocó nuevamente sobre su escenario, con distancia entre ellos y entre sonrisas, agradecieron a su público, que esta vez estaba tras ellos, en un mosaico con decenas de fotografías.
Black Anima: Live from the Apocalypse no fue un simple show en vivo por internet, fue una cita entre dos partes desesperadas por encontrarse. Entre dos cómplices que conocen de los abrazos reconfortantes que da la música en vivo.

Periodista. Hago reseñas y fotos sobre conciertos y viajes. Entusiasta de la música hecha en Finlandia y fanática empedernida de la extinta banda HIM.
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