Históricamente en el Metal una de las mayores verdades universales para todos los fanáticos de Megadeth y el Metal en general ha sido la siguiente…
No puedes detener a Dave Mustaine.
Amado por unos y odiado por otros, el célebre líder de Megadeth en sus ya más de 4 décadas de trayectoria lo ha vivido todo, lo ha ganado todo y lo ha sufrido todo. Un despido de su anterior banda, adicciones, múltiples cambios de alineación, la disolución de Megadeth en 2002 y entre muchas otras cosas. Pero el denominador siempre ha sido el mismo: Mustaine siempre encuentra una forma para surgir con mayor fuerza.
Desde el lanzamiento de Dystopia en 2016 Megadeth entró en un nuevo período de transición en el que se presentaron más retos para la banda. Chris Adler quien grabó las baterías de la banda pronto fue reemplazado por Dirk Verbeuren quien logró consolidarse como miembro indiscutido de Megadeth, la batalla y eventual victoria contra el cáncer de Dave Mustaine, la crisis mundial del COVID-19 y más recientemente la salida de David Ellefson de la banda para ser sustituído por James LoMenzo. Todo esto mientras Megadeth seguía activa ya sea en giras o produciendo lo que sería su siguiente álbum de estudio.
Debido a lo anterior tuvimos que esperar 6 años, (La brecha más larga de la banda entre álbumes) para un nuevo álbum y es así como llegamos al regreso triunfal de Megadeth con The Sick, The Dying… And The Dead! Décimo sexto álbum de estudio de la banda en donde Mustaine regresa con furia y ya con 60 años encima empieza a disparar los que quizá sean sus últimos cartuchos.
En medio de la desolación de su introducción ambientada en una guerra, guitarras lúgubres dan paso a “The Sick, The Dying… And The Dead!”. Canción homónima del álbum que da una entrada perfecta donde justo al iniciar se nos confirma de inmediato que la unión entre el poder de Dave Mustaine y la armonía técnica de Kiko Loureiro se ha consumado. Destacando además el intermedio de esta canción, donde el bajo de Steve DiGiorgio (Quien reemplazó las líneas de bajo grabadas por David Ellefson antes de su salida de la banda) brilla con todo su esplendor en el que los fans de la faceta más técnica de Death tendremos un lindo guiño ahí.
Con su veloz furia característica Mustaine da a paso a “Life In Hell”, una canción de aquellos que esperamos por muchos años el regreso de ese sonido Thrash Metal directo que hizo a Megadeth un ícono del género sabremos apreciar con total plenitud.
Siguiendo con el impulso de velocidad impuesto por la anterior pista se nos presenta “Night Stalkers”, donde la dupla Mustaine/Loureiro sigue consolidándose al intercalar grandes solos entre los versos que además contienen la participación de Ice T, la cual resulta algo inusual pero sorprendentemente no entorpece la onda de la canción. Posicionándose en el lugar correcto antes de partir hacia otro veloz solo que desemboca en una frenada inesperada antes de acelerar una vez más. Sin duda es una de las más destacadas del álbum, justificándose como single.
Frenando un poco con la veloz seguidilla de canciones anteriores llegamos a “Dogs Of Chernobyl”. Una de las canciones más interesantes del álbum con un emotivo intro acústico que avanza a un tema mid-tempo que recuerda a las épocas del Countdown To Extinction y Youthanasia.
Con “Sacrifice” nos volvemos a encontrar una vez más con otro tema que nos recuerda al Megadeth de antaño. Si has escuchado “Wake Up Dead” esta canción se te hará muy familiar, pero de todas formas logra sentirse muy fresca con la producción más moderna, solos más modernos y giros melódicos que la canción suele tomar en gran parte gracias a Kiko Loureiro.
En todo el mundo del Metal han sido bien documentadas las batallas con adicciones que Dave Mustaine ha librado durante la primera mitad de su vida. Esto ha sido base de inspiración para múltiples canciones Megadeth tales como “Poison Was The Cure”, “Prince Of Darkness” y “Burnt Ice”. En esta ocasión “Junkie” se une a esta temática personal de Mustaine en la cual por medio de una canción adornada por dinámicos riffs Mustaine señala una vez más sus demonios del pasado.
Tras un breve e interesante interludio en forma de “Psychopathy” que te prepara para una próxima descarga de velocidad como los temas anteriores, entramos a “Killing Time”, una canción muy Heavy Metalque aunque está bien escrita con riffs muy pegajosos (Y nos recuerda a algunos de los mejores cortes del Youthanasia) no se vio muy favorecida por el orden del tracklist.
Siguiendo con este gran álbum llegamos a “Soldier On!”, uno de los singles promocionales que sigue la fórmula más modernizada de Megadeth que Mustaine ha adoptado desde que reunió a la banda en 2004. Esta canción aunque tiene grandes ideas y un magistral solo de Kiko Loureiro no logra sorprender mucho en comparación a otras grandes pistas de este álbum, llegando a ser algo repetitiva en ciertos puntos en los que ya puedes determinar qué sigue después.
Llegando casi a la recta final del álbum Megadeth aumenta un poco las revoluciones una vez más con “Célebutante”, sin duda una de las canciones más interesantes y experimentales de este álbum. Partiendo como una canción muy “State-Of-The-Art of Speed Metal” clásica de la banda pero toma giros instrumentales muy inesperados que agrega grandes dosis de dinamismo en las cuales Kiko Loureiro toma un gran liderazgo para luego rematar a toda velocidad con Mustaine sellando la canción con un poderoso solo.
“Mission To Mars” empieza de manera muy pausada bajo la guía del bajo de DiGiorgio con una línea que en aspectos técnicos destaca muy poco (Considerando sus grandes habilidades como bajista) para dar paso a una canción que empieza de manera muy básica, pero justamente cuando se menciona en las voces de fondo la frase “Rust In Peace” es como una señal intrínseca que nos indica que la canción alcanzará su sección más interesante. Dando en efecto paso a un riff que sí, suena muy bien pero cuando esperas entrar a una nueva sección instrumental descubres que la canción ha terminado.
Pero…
Rápidamente entramos a “We’ll Be Back”, el cual es fácilmente el mejor single promocional del álbum, una de las canciones más directas y mejor construidas de este álbum. Un verdadero ataque de velocidad y grandes patrones rítmicos comandados por la batería del gran Dirk Verbeuren, quien ha entendido e interiorizado a la perfección el sonido Megadeth. Siendo incluso llamado a menudo “La reencarnación de Gar Samuelson”. Algo que demuestra perfectamente en esta canción que tiene partes del esqueleto del mítico Peace Sells… But Who’s Buying? añadiendo elementos novedosos agregados por Kiko y el mismo Verbeuren.
Es bien sabido por los fans más acérrimos de la banda que Dave Mustaine ha sido siempre un gran fanático del Punk Rock. Por lo cual en forma de Bonus Tracks Megadeth agrega en este álbum 2 covers: “Police Truck” de Dead Kennedys y “The Planet’s On Fire (Burn In Hell)” de Sammy Hagar (Con el mismo Sammy Hagar como invitado). Ambas pistas no suman ni restan a la experiencia, pero siempre es disfrutable y bienvenido recibir detalles así teniendo en cuenta de que no es nuevo para Megadeth realizar buenos covers básicamente por diversión.
Con The Sick, The Dying… And The Dead! Megadeth demuestra que su general en jefe a pesar de los años y los daños aún guarda un pesado arsenal almacenado en su Hangar listo para ser disparado en el futuro. Y juzgando por la gran calidad de este álbum, la gran destreza de sus nuevos integrantes y el afianzamiento de Kiko Loureiro en el sonido de la banda podemos creer con total seguridad que aún hay Megadeth para rato.
De todas maneras, ellos mismos lo han dicho con la pista final:
“We’ll be back”.
Calificación: 9/10
Contador de historias por pasión y periodista de profesión. Guitarrista ocasional y metalhead de tiempo completo. “Viviendo un concierto a la vez”.
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